Grupos Fraternos.

¿Cómo nacieron los Grupos Fraternos?

El nacimiento de los Grupos Fraternos no fue un hecho aislado ni producto de la casualidad; fue la consecuencia natural de un camino que comenzó mucho antes, en el Grupo Morelos de Guadalajara.

Desde 1987, ese grupo fue gestando una manera distinta de vivir la recuperación: la catarsis honesta, el apadrinamiento formal y el espíritu de servicio se convirtieron en pilares de un modelo terapéutico que ofrecía más que sobriedad: ofrecía una nueva forma de vida. Bajo el liderazgo humilde y firme del Padrino Alejandro, se entendió que guiar no era mandar, sino servir.

Al llegar el año 2000, con el nuevo milenio como telón de fondo, Morelos sintió que lo alcanzado no podía quedarse en cuatro paredes. Hacía falta compartirlo, multiplicarlo. Así nació la primera gran convocatoria: el Primer Encuentro de Grupos Fraternos en Puerto Vallarta, con el lema “Unidos a través del amor y el servicio”. Más de trescientos hombres y mujeres, heridos por el alcoholismo y la soledad, se dieron cita para confirmar algo que ya estaba en sus corazones: la unidad salva vidas.

Lo que empezó como un ideal se convirtió en movimiento.

Año tras año, Encuentro tras Encuentro, fueron surgiendo nuevos lemas, nuevas presidencias y nuevas responsabilidades:

    •    “La Rotación del Servicio es Vida” en Mazatlán (2004).

    •    “Del servicio nace el amor” en 2006.

    •    “Todos somos fraternos” en 2010, cuando la palabra Korima —un concepto rarámuri que significa “compartir lo que se tiene”— se abrazó como símbolo de identidad.

    •    Y en 2012, en Ixtapa, el eco de “La Fraternidad, nuestra responsabilidad” dejó claro que no había marcha atrás: lo sembrado ya era una comunidad.

Con el tiempo, la experiencia se consolidó en el Consejo de Grupos Fraternos, un órgano de servicio basado en la Segunda Tradición y en los Doce Conceptos de A.A., que aseguró rotación, unidad y continuidad.

Así fue como los Grupos Fraternos dejaron de ser un sueño para convertirse en una realidad viva. Una comunidad que no distingue fronteras ni diferencias, que se reconoce en la mirada del otro y que ha hecho del abrazo fraterno su sello más puro.

Hoy, cuando alguien pregunta de dónde vienen los Grupos Fraternos, la respuesta es sencilla:

nacieron del dolor compartido, del servicio desinteresado y de la certeza de que la recuperación se vuelve más fuerte cuando se vive en unidad..

GRUPO MORELOS

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